lunes, 31 de mayo de 2010

OSCAR CASTRO

¡SIGAMOS ADELANTE! LA OBRA DE DIOS NO PARA EN EL SALVADOR

Estábamos con mi familia disfrutando de la celebración de los 50 años de vida ministerial del Centro Evangelístico de las Asambleas de Dios en el anfiteatro de la Feria Internacional de San Salvador. Ya tenía cuatro días de estar lloviendo y el gobierno había puesto en marcha una emergencia nacional por los daños que ya estaba haciendo el temporal, cuando la tormenta tropical Agatha venía con furia sobre el país.

Estábamos con alegría alabando a Dios, oyendo la Palabra por parte del hermano Juan Bueno, buena Palabra, cuando gradualmente la tormenta se hace sentir más en el anfiteatro. Viene el tiempo donde Vertical y Julio Melgar, todos de Guatemala estaban ministrando, cuando con mucha más fuerza veíamos la tormenta, cuando en ese momento viene a mí una palabra de parte del Señor.

“La maldad en el país es como esta tormenta, donde el crimen, la violencia, los homicidios, la maldad, en lugar de terminar o disminuir se han incrementado con fuerza, con furia, y más donde los brujos usan este tipo de fenómenos para hacer sus brujerías, pues Yo estoy usando esta tormenta para limpiar los cielos, la tierra, con fuerza, porque estoy desatando mi poder para acabar con el mal, pero así como la maldad no disminuye, sino persiste y se incrementa, mi poder será más notorio. Pero mi pueblo todavía no ha entendido sobre que la lucha debe ser permanente, con fuerza, hay muchos descuidos en mi pueblo, cuando deben estar con insistencia, con resistencia, con fuerza, con fervor incrementando todo lo que le ha sido dado a mi pueblo para ser vencedor y rescatar la nación. Por otro lado, Yo rescato mi gloria y mis propósitos, porque aprovecharé la abundancia de agua, la que necesita los suelos, la tierra, los mantos acuíferos, las hidroeléctricas, las cosechas y más, para que vengan la abundancia, la prosperidad, las cosechas, la productividad y más, pero mi pueblo debe despertar, tiene que despertar para que Yo haga lo que he diseñado para la única nación que lleva mi Nombre: El Salvador”.

Yo quedé impresionado, exhausto, porque además, basado en la misma palabra, el Señor me da una palabra para Guatemala, sobre “cómo es posible que los gobernantes pueden tomarse el derecho de poder decretar estado de calamidad pública sobre una nación, cuando por esos decretos se abren las puertas para calamidades de la naturaleza y sociales y que los brujos se aprovechan de ello para traer la realización de peores calamidades”.

Yo estaba por morirme, si no es porque Julio Melgar estaba siendo usado por el Señor, trayendo una ministración sobrenatural sobre todos los que estábamos allí. Y por supuesto que envié a los pastores de Guatemala lo que el Señor me dio para ellos.

Ahora, ¿Qué está pasando?

Parece ser que la iglesia evangélica de El Salvador siempre se ha dado el lujo de “dormirse en sus laureles” cuando no debería de darse tregua, como dice en Isaías 62:6-7, “Sobre tus muros, oh Jerusalén, he puesto guardias. Jamás callarán ni en todo el día ni en toda la noche. ¡Los que hacéis que Jehovah recuerde, no reposéis! Tampoco le deis reposo, hasta que él restablezca a Jerusalén y haga de ella una alabanza en la tierra”



En realidad, si queremos que venga un verdadero avivamiento, debemos saber recibirlo, pero también

retenerlo y perpetuarlo hasta que realice una transformación socio-espiritual de nuestro amado El

Salvador. Cuanto damos gracias a Dios por lo que El hizo con los “3 días Tomando mi Nación”. Teníamos

muchos años de no ver una movilización de la Iglesia Evangélica salvadoreña. Las reuniones de

convocatoria, la oración que se dio en los preparativos, la unidad y el respeto entre los pastores, iglesias,

colegios, universidades, instituciones, organizaciones, etc. evangélicas con un mismo sentir y una misma

lucha.

Estos “3 días Tomando mi Nación” me hizo recordar el Primer Gran Avivamiento Nacional de El Salvador de los años 1979 y 1980, cuando Dios usó la Campaña “YA LA ENCONTRE”, donde por primera vez se rompieron las barreras denominacionales y locales, contra todo pronóstico de barreras, prejuicios denominacionales, doctrinales, organizacionales, el legalismo, etc., se logró realizar. Todavía en ese tiempo, la población evangélica no pasaba, optimistamente, del 2% de la población, pero la campaña “YA LA ENCONTRE” trajo a los pastores, a líderes denominacionales a reunirse para conocer del proyecto de Dios. Dios usó a nuestros amados Ladislao Leiva, un soñador y ejecutor del reino de Dios para hacer que esos sueños los podamos ver en parte, como también a su hermano Adonaí Leiva quien tomó las riendas de la campaña ante la partida a la Presencia de Dios de nuestro hermano Ladislao Leiva.



Qué campaña!! Lo que nunca había sucedido en el país, en ese tiempo se dio. Pastores unidos, grupos de ellos subiendo el volcán de Izalco para dedicarse a la cristianización de nuestra patria. La oración y el ayuno fueron las armas más poderosas, más de 32 denominaciones movilizadas en unidad, oración y ayuno, pero lo más tremendo, la movilización a los pueblos, colonias y ciudades, casa por casa, para compartir que es lo que habíamos encontrado “UNA NUEVA VIDA EN JESUCRISTO Y USTED LA PUEDE ENCONTRAR”. Durante una semana, por radio y televisión los spots de “YA LA ENCONTRE, YA LA ENCONTTRE” y a la semana siguiente se revela el mensaje ”YA LA ENCONTRE, YA LA ENCONTRE, Y USTED TAMBIEN LA PUEDE ENCONTRAR, NUEVA VIDA EN JESUCRISTO”. Junto a todo esto, miles de cristianos compartiendo las “Cuatro Leyes Espirituales”, pero también con megáfonos, anunciando “PREGON, PREGON, PALABRA DE DIOS….”, más “LA PELICULA JESUS”.

¡Qué tiempos! Los resultados fueron impresionantes, sobrenaturales, porque las iglesias estaban preparadas para recibir y edificar el fruto con los grupos o equipos de crecimientos en cientos de hogares, donde muchos de esos grupos se convirtieron en iglesias.



Aquí se dio el primer salto cualitativo y cuantitativo de la población evangélica en El Salvador y una multiplicación de iglesias locales por doquier, y las iglesias quedaron activadas para experimentar el avivamiento y el crecimiento acelerado de miembros en todas las iglesias en El Salvador. ¡Qué GRAN PRIMER AVIVAMIENTO EN EL SALVADOR!



Pero Dios no ha acabado su obra. Estamos en el mejor de los tiempos para poder ver el SEGUNDO GRAN AVIVAMIENTO en nuestra patria. Claro, los requisitos no han cambiado. Arrepentimiento, santidad, búsqueda de Dios, permanencia en la oración, el ayuno, la alabanza y la adoración, el testimonio moral de cada cristiano, el testificar a los compañeros de estudio, trabajo, familiares, vecinos. En realidad, los “3 días TOMANDO MI NACION” ha sido la chispa, pero solo es la chispa, ahora debemos permitir que el Fuego del Espíritu Santo prenda nuestras vidas y ser usados para, no solo por el avivamiento en sí, sino para el logro de una verdadera y auténtica transformación socio-espiritual de nuestra sociedad salvadoreña.



Quiero terminar añadiendo un pequeño artículo que escribí en la tercera edición de la Revista BASILEOS



LA TOMA DE MI NACION, MAS QUE UN EVENTO, UN PROCESO CONTINUO



Cuando alguien cree que ha inventado algo novedoso, pertinente para dar buenos resultados, cree que ha “inventado el agua tibia”, y son principios eternos que ya están en la Palabra de Dios.

Los evangélicos, siempre tenemos un problema, la de depender de eventos. Nos concentramos, nos desgastamos, y cuando termina, se acabó todo. Solo nos quedamos con la emoción y el recuerdo.

Cuando en la guerra de guerrillas se habla de la guerra popular prolongada, están hablando de una verdad bíblica. Están hablando de varios factores. El involucramiento de todo el pueblo, el apoyo activo y decidido de la población ante una agresión regional o extra regional. De resistencia nacional como el aspecto operativo central. Es una guerra defensiva de desgaste del enemigo hasta que éstos pierdan el control a través del alargamiento de la guerra. Es el desarrollo en nuestro territorio de grupos organizados. Se trata de mantener las capacidades para globalizar la guerra. Lo que define que se gane o se pierda la guerra es la moral y la motivación del combatiente individual con o sin uniforme y su capacidad de aceptar el auto sacrificio lo que decide en última instancia la contienda. La clave está, en que el bando más débil plantea la lucha prolongada con la participación activa de toda la población.

No tenemos espacio, pero ustedes pueden ver cada aspecto en la Biblia, la Palabra de Dios ya aparece como verdades y principios para el pueblo de Dios. Aquí está garantizada nuestra victoria de TOMAR NUESTRA NACION.

OJO. Los 3 días TOMANDO MI NACION, es un evento resultado objetivo que Dios nos ha llevado a lo largo de la historia por el pasivismo evangélico y por el incremento de la maldad en nuestro país, pero que HOY, estos 3 días, se convierten en la plataforma de lanzamiento para una guerra del pueblo de Dios prolongada para TOMAR LITERALMENTE NUESTRO PAÍS.

Los 3 días no son el fin, sino la base para el desarrollo y la movilización para tomar los reinos de este mundo para trasladarlos al reino de Jesucristo en El Salvador.

LA LUCHA APENAS

COMIENZA

Con amor, respeto, en unidad, con esperanzas

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