lunes, 31 de mayo de 2010

EDITORIALES DE LA PRENSA GRÁFICA

¿UN PARTIDO POLÌTICO EVANGÈLICO EN El SALVADOR?

Los creyentes que se envolvieron en movimientos políticos en el pasado: perdieron su fè o sus vidas... Lo mismo le paso en Nicaragua.


Varios predicadores salvadoreños, que durante el transcurso de la guerra civil que termina, perdieron su vida por inclinar el púlpito a una posición política.

En las filas de la iglesia evangélica salvadoreña, hay creyentes de todos los colores políticos, y al momento de dar su voto, lo hacen por el partido de su preferencia. Esto es diferente de pretender hacer un partido político de creyentes.

El error de los cristianos del tercer siglo, fue creer que al unirse la iglesia con el estado se haría una mejor labor evangelística. ¡Todo lo contrario sucedió! La Iglesia se corrompió, pasando de los circos romanos a los palacios. Los resultados los tenemos hasta el día de hoy.

El creyente en Jesucristo es luz y debe alumbrar al mundo desde su perspectiva posicional. El creyente es sal. La sal la consume todo el mundo. Desde la lujosa residencia hasta la choza del campesino. Los evangélicos deben preservar y dar sabor desde sus lugares de trabajo, vivienda y locomoción al mundo en que vivimos.

Las iglesias evangélicas - las Asambleas de Dios, Iglesias de Dios, Bautistas, Centroamericanos, Príncipe de Paz, Elim y otras, se han triplicado en lo que va del conflicto. Y Dios no ha necesitado de gobernantes evangélicos para hacerlo.

Dios usó la guerra civil. No que Dios esté de acuerdo con la guerra, sino en su misericordia la ha usado para llevar a muchas personas al conocimiento del Evangelio. Contamos ahora en el seno de las iglesias evangélicas a profesionales, estudiantes universitarios, clase media y gente pobre que ha encontrado albergue y sentido de la vida al conocer a Jesucristo como el salvador y Señor de sus vidas: Jesucristo.




Los evangélicos salvadoreños no caerán en la trampa. El poder es tentación. No es imprescindible ese poder para cumplir con la gran misión: la evangelización del mundo. Dios puede levantar hombres como levantó a José que llegó a gobernar la gran nación egipcia. Fue la selección divina para un momento dado. Dios puede llevar evangélicos al gobierno, pero no será formado por un partido compuesto solo por creyentes.

Los creyentes en Jesucristo gobernaremos el mundo, pero esto será para el Milenio, cuando el Rey de reyes y Señor de señores sea el rey de la humanidad. Para el día de hoy, cada evangélico debe ser gobernado por el rey de su vida.

La población evangélica se calcula para este año en un 15% a 20%. Se cuenta con 2 universidades evangélicas, 33 liceos Cristianos; Liceos Evangélicos en las principales ciudades del país. La presencia evangélica se encuentra en todas las ciudades, pueblos, cantones. Pregunte por un creyente y le darán razón de alguien en su comunidad.



Editorial de la Prensa Gráfica del día 10 de Mayo de 1991

Por Oscar Enrique Barillas



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CUARTELES DE LA PAZ: LAS IGLESIAS EVANGÈLICAS


El primer pecado de la humanidad fuera del huerto del edén fue el fratricidio: Caín mató a Abel por motivos religiosos. Desde entonces la guerra entre hermanos ha sido parte de la historia de los hombres sobre el planeta tierra.


A Hernán Cortés le fue fácil vencer el imperio Azteca con pocos hombres, gracias a que los mismos indios se le unieron en la causa, pues ellos tenían guerras internas. Igual le pasó a Pedro de Alvarado al conquistar Cuscatlán.

“El Hombre es el lobo del hombre”. La maldad está en su corazón. Potencialmente el niño al nacer tiene la inclinación a la maldad. Esto debido al pecado de Adán y Eva en el huerto del Edén. Pero no es que el niño al nacer venga con pecado. Podemos recordar nuestro primer robo o mentira en nuestra infancia.

Después de las guerras viene un nuevo orden, gracias a Dios, en El Salvador después de doce años de guerra, vemos un horizonte de tranquilidad política. Dios conceda que lleguemos al año 2000 con completa tranquilidad y paz en el país.

Aún con esta paz debemos advertir acerca de la guerra espiritual que libran todos los salvadoreños: la guerra contra las huestes satánicas, la guerra contra el mal. Para salir victorioso en esta área todo salvadoreño debe tener como aliado a Jesucristo. Si todo ciudadano tiene a Jesucristo en su vida, tendremos una mejor sociedad. “Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia”, “la paz os dejo, mí paz os doy; yo no la doy como el mundo la da”.

Los diez mandamientos que aprendimos de memoria en nuestra infancia son reglas de conducta aplicables a cualquier sociedad del planeta tierra. En cuanto se practiquen estas reglas de conducta, tendremos una mejor sociedad. Jesucristo reconoció su valor:




“no penséis que me he venido a abrogar, sino a cumplir”; los principios espirituales que Jesús enseño en “el Sermón del Monte” son aplicables a toda persona.

La violencia de la guerra ha tomado curso en otros sentidos; ladronísmo, drogadicción. Gracias a Dios que en tiempos de guerra como de paz están abiertas las puertas de los cuarteles espirituales para combatir la maldad; las iglesias evangélicas donde se predica a Jesucristo como el dador de la paz que todos los salvadoreños necesitamos “la paz os dejo, mí paz os doy” hay unos 100,000 grupos evangélicos (iglesias, locales o puntos de predicación), en nuestro país. Pregunte en su comunidad por los “creyentes”, “hermanos” o “evangélicos” y le darán razón de algún grupo cerca de su casa.

Los pueblos no sólo necesitan alimentos para saciar su hambre. Es importante también llenar el alma y su espíritu. Y no hay mejor alimento que la Palabra de Dios: La Biblia. Que en cada hogar salvadoreño se encuentre el libro de los libros: la Biblia. En ella encontraremos sabiduría para conducir nuestro hogar y nuestra nación en paz.

Editorial de La Prensa Gráfica el

DIA 19 de mayo de 1993 por

Oscar Enrique Barillas

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